Elocuencia del miedo
¿Cuántos de nosotros nos hemos quedado
paralizados en alguna ocasión? ¿cuántos hemos sentido y sufrido esa sensación
de ahogo que no nos deja respirar?
En eso consiste el miedo. Esa sensación
desagradable que muchos no podemos controlar y que afecta a nuestra vida diaria
desencadenando en numerosas ocasiones en los temidos ataques de ansiedad. La
mayoría de los miedos vienen provocados por nosotros mismos, es decir, por
nuestros pensamientos irreales. Tendemos a imaginarnos hechos o situaciones que
no pasarán, pero estos engrandecen nuestra fantástica imaginación que los
alimenta y los hace tan reales que se apoderan de nuestro subconsciente como si
nada, causando un verdadero problema en nosotros, ya que dejarnos llevar por
miedos infundados engrandece la ansiedad que ello provoca hasta el punto de
imaginar que lo que nos ocurre es que tenemos alguna enfermedad.
El miedo puede llegar a apoderarse de
nuestras propias vidas y, en ocasiones, nos hace sentir mal por un largo
periodo de tiempo en el que pasan mil cosas a la vez por nuestra cabeza, pero
claro, todo es fruto de nuestra imaginación que es capaz de dominarnos. Además,
la gran mayoría de estos miedos provienen del miedo a lo desconocido. Salir de
nuestra zona de confort es algo que a muchos nos cuesta y, en ocasiones, nos
sobrepasa. No es fácil sufrir cambios en nuestra vida y es ahí cuando empezamos
a especular y a alimentar nuestra imaginación con pensamientos, la mayoría
negativos, que únicamente tienen su origen en nuestra mente y que para nada se
corresponden con la realidad.
Esta sensación nos bloquea llegando a
paralizarnos por completo sin ser capaces de reaccionar a lo racional. Y aunque
desde fuera parezca que exageramos, para una persona que lo sufre es muy
desagradable no poder controlarlo puesto que condiciona su vida y provoca una
angustia de ahogo incapaz de soportar.
Fotografía: Eboca
Bibliografía
https://actacorporation.com/ataques-de-ansiedad-miedo/
Comentarios
Publicar un comentario